El Primer Pesebre!!!

El primer pesebre lo construyó San Francisco de Asís en Greccio... Al respecto quisiera que meditaramos estas palabras de Joseph Ratzinger (ahora Papa Benedicto XVI) acerca del sentido de la Navidad:

"La región de Greccio había sido puesta a disposición de los pobres de Asís por un señor noble llamado Juan, del cual refiere Celano que, a pesar de su alta alcurnia y de su destacada posición, «no daba ninguna importancia a la nobleza de la sangre y sí mucha a la del alma que trataba de alcanzar». Por eso se había granjeado el amor de Francisco.

De ese Juan nos cuenta Celano que, en aquella noche, se le otorgó la gracia de una visión. Vio que en el pesebre yacía un pequeño niño inmóvil, el cual se despertó de su sueño al aproximarse san Francisco: «Esta visión correspondía -dice Celano- a lo que efectivamente ocurrió, pues el niño Jesús se hallaba dormido a la sazón por estar olvidado en muchos corazones. Pero, a través de su siervo Francisco, se despertó el recuerdo de él y se imprimió imperecederamente en su memoria».

En esta imagen describe con toda exactitud la nueva dimensión que Francisco otorgó a la fiesta cristiana de la navidad me
diante su fe que penetraba en los corazones y en sus sentimientos más profundos: el descubrimiento de la revelación de Dios, que radica en el niño Jesús. Por ello se convirtió realmente en el «Emmanuel», en el Dios con nosotros, del cual no nos separa ningún obstáculo de sublimidad o lejanía: como niño, se aproximó tanto a nosotros que le podemos tratar sin rodeo de tú y, como nos acercamos al corazón de un niño, podemos tratarle con la confianza del tuteo.

En el niño Jesús se hace patente, más que en ninguna otra parte, la indefensión del amor de Dios: Dios viene sin armas, porque no pretende asaltar desde fuera, sino conquistar desde dentro y transforma
r a partir de dentro. Si algo puede desarmar y vencer a los hombres, su vanidad, su sentido de poder o su violencia, así como su codicia, eso es la impotencia de un niño. Dios eligió esa impotencia para vencernos y para hacernos entrar dentro de nosotros mismos.

Pero no olvidemos en este punto que el may
or título de dignidad de Jesucristo es el de «hijo», hijo de Dios; la dignidad divina se describe mediante una palabra que muestra a Jesús como un niño ( = Hijo) que siempre ha de permanecer como tal. Su ser-niño se halla en una única y particularísima correspondencia con su divinidad, que es la divinidad del «Hijo». Así su condición de niño es la orientación de cómo podemos llegar a Dios, a la divinización. A partir de ahí es como hay que entender aquellas palabras: «Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos (Mt 18,3).

El que no haya entendido el misterio de la navidad, no ha entendido lo que es más decisivo y fundamental en el ser cristiano. El que no ha aceptado eso, no puede entrar en el reino de los cielos. Esto es lo que Francisco pretendía recordar a la cristiandad de su época y a la de todos los tie
mpos posteriores".



"En la cueva de Greccio, por indicación de Francisco, se pusieron aquella noche un buey y un asno . Efectivamente, él había dicho al noble Juan:
-Desearía provocar el recuerdo del niño Jesús con toda la realidad posible, tal como nació en Belén y expresar todas las penas y molestias que tuvo que sufrir en su niñez. Desearía contemplar con mis ojos corporales cómo era aquello de estar recostado en un pesebre y dormir sobre las pajas entre un buey y un asno.-

Desde entonces, un buey y un asno forman parte de la representación del pesebre o nacimiento. ¿Pero de dónde proceden propiamente estos animales? Los relatos de la navidad del nuevo testamento no nos narran nada acerca de esto. Pero, si profundizamos esta cuestión, topamos
con un hecho que es importante para todas las costumbres navideñas y sobre todo para la piedad navideña y pascual de la iglesia en la liturgia y al mismo tiempo en los usos populares.

El buey y el asno no son simples productos de la fantasía; se han convertido, por la fe de la iglesia, en la unidad del antiguo y nuevo testamento, en los acompañantes del acontecimiento navideño. En efecto, en Is. 1,3 se dice concretamente: «Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento».

Los padres de la iglesia vieron en esas palabras una profecía que apuntaba al nuevo pueblo de Dios, a la iglesia de los
judíos y de los cristianos. Ante Dios, eran todos los hombres, tanto judíos como paganos, como bueyes y asnos, sin razón ni conocimiento. Pero el Niño, en el pesebre, abrió sus ojos de manera que ahora reconocen ya la voz de su dueño, la voz de su Señor.

En las representaciones medievales de la navidad, no deja de causar extrañeza hasta qué punto ambas bestezuelas tienen rostros casi humanos, y hasta qué punto se postran y se inclinan ante el misterio del Niño como si entendieran y estuvieran adorando. Pero esto era lógico, puesto que ambos animales eran como los símbolos proféticos tras los cuales se oculta el misterio de la iglesia, nuestro misterio, puesto que nosotros somos buey y asno frente a lo eterno, buey y asnos cuyos ojos se abren en la nochebuena de fo
rma que, en el pesebre, reconocen a su Señor.




Extracto de: "La mula y el buey junto al pesebre.
San Francisco de Asís y la fiesta de Navidad".

Autor: Card. Joseph Ratzinger
El rostro de Dios, Ediciones Sigueme, Salamanca 1983, 19-25.

Para ver más: Fratefrancesco.org

2 cuenteando...:

El Blog de los Blogs dijo...

Gracias por este post.
He aprendido algo nuevo y super interesante. Siempre me han gustado las historias detrás de las cosas. Cómo nació el pesebre, por qué así, quién estuvo detrás y todo el sentido profundo que tiene.
Que buen aporte en estas fiestas.
Voy a recomendar este post a una amiga (masplatonymenosprozac.blogspot.com) que creo le puede interesar mucho
Salu2
Carola

Anónimo dijo...

a mi me perece que germancillo es un papacito y que lastima que viva en chile, por que esta super lejos de Colombia el esta como quiere PAPACITO.Y RESPECTO al tema es muy interesante saber quien fue el que creo el pesebre.
Germancillo te pareces a fransico de asis.